Nuestra señora de la Piedad es un grupo escultórico tallado en madera policromada de que hasta fechas recientes se ha considerado anónima y realizado posiblemente a finales del Siglo XIX o principios del Siglo XX, pudiendo salvarse de las piras iconoclastas de la guerra civil española. Tras un largo proceso para datar la Imagen iniciado por D. Jesús María Pegalajar Cano, continuado por D. Manuel López Pérez y finalizado por el Catedrático de Historia del Arte D. Pedro Galera Andreu ya podemos afirmar gracias a este último que la Imagen pertenece a D. Eduardo Comes.
Por su parte la Cruz que la acompaña perteneció a la Cofradía de la Expiración y data del año 1952.
La iconografía de esta Piedad es muy similar a las de Gregorio Fernández, tanto en la policromía como en la postura. Se ajusta al tipo que muestra el cadáver de Cristo, sentado en el suelo y con la cabeza sostenida por su madre. Ambas imágenes son de talla completa, destacando el sereno rostro de María, de edad avanzada y con la mirada perdida. Del Cristo habría que destacar su modelado anatómico sin apenas golpes, que sólo muestra las heridas en manos, rodillas, pies y frente.
Nuestra bella imagen de la Piedad procede del Antiguo Hospital de San Juan de Dios, al que fue donada por don Manuel Villar Muñoz y doña Concepción de la Fuente al templo del Hospital que por entonces se reconstruía tras haber quedado destruido en 1916 por un asolador incendio.
La Diputación Provincial, última propietaria del citado hospital, la cedió a la Cofradía, si bien se perdieron dichos papeles y recientemente la nueva Junta de Gobierno está en trámites para conseguir la cesión de la misma por el máximo tiempo permitido, 75 años.
Durante décadas, la imagen que se veneraba al culto en la Capilla del Hospital de San Juan de Dios era trasladada en Cuaresma a la Iglesia de San Ildefonso para procesionar en Semana Santa.
Finalmente y gracias a las gestiones realizadas por D. Rafael Ortega Sagrista pasó definitivamente a la Iglesia Parroquial de San Ildefonso tras el cierre del Hospital en el año 1978, desde entonces ha desfilado abriendo el cortejo procesional de nuestra Cofradía los años impares, dejando de hacerlo desafortunadamente en el año 1993.
Santa Cruz en el Monte Calvario y al pie de la Cruz Nuestra Señora de la Piedad ha sido la advocación con la cual ha aparecido en los diferentes publicaciones de Semana Santa. Nuestra imagen de la Piedad se encuentra actualmente en un estado de conversación lamentable, precisando con urgencia de una intensa y costosa Restauración, habiéndose iniciado por esta Junta de Gobierno los primeros contactos para presupuestar dicha actuación.
Nuestra Imagen de la Piedad de tamaño menor que el natural es sin duda muy importante para la Cofradía, tanto por ser la imagen más antigua con la que contamos, como porque su bella faz sirvió de guía para los escultores de Nuestra Señora de la Soledad, tanto Muñoz Arcos como Romero y Zafra.
La Piedad en la calle
Los inicios procesionales de nuestra imagen de la Piedad se remontan al primer tercio del siglo XX, desfilando en 1928 y 1930 con el grupo del Calvario, de la Congregación del Sto. Sepulcro, ofreciendo de esta forma un novedoso paso de misterio en aquella época.
Más tarde y recién constituida la Cofradía de la Magdalena parece ser que de nuevo salió a las calles de Jaén como dolorosa del primer desfile procesional de esta cofradía.
Procesionó excepcionalmente en 1954, por tener este año la consideración de Mariano, el sábado santo en la efímera procesión mariana, que un año antes se instauró y que un año después realizará su último desfile. Lo hizo junto a la Virgen de la Esperanza, Ntra. Sra. de las Lágrimas, la imagen de Ntra. Sra. del Mayor Dolor, Ntra. Sra. de las Angustias, Ntra. Sra. de la Soledad, la Virgen de los Dolores de Jesús y la Dolorosa del Calvario de la Congregación del Santo Sepulcro.
En una cuarta ocasión la imagen salió de manera excepcional, esta vez acompañada de nuestra imagen de San Juan Evangelista en un nuevo intento de consolidar los pasos de misterio en nuestra capital, el resultado no fue el esperado, debido a la diferencia de tamaño y de estilos de ambas imágenes.
Salió con la procesión de la Soledad los años 1945, 1947, 1949, 1951,1956, 1969 y 1971. En 1969 ocurrió un hecho desgraciado: al trono de la Piedad se le rompió la dirección y se quedó estacionado en la calle Virgen de la Capilla.
TRONO PROCESIONAL
Para realizar estación de penitencia dispuso de un bello paso de nogal que presenta una característica poco común en nuestra ciudad, y es su carácter autóctono, ya que salió de unos talleres del propio barrio de San Ildefonso, concretamente del Taller de Jacinto Cruz Fernández, en la calle Hurtado nº 4.
El diseño del paso se debe a Jacinto Higueras. En cuanto a la autoría de la realización según Ortega y Sagrista se puede deber al propietario del Taller, Jacinto Cruz, si bien hay divergencias, ya que parte de sus jóvenes tallistas de entonces (año 1928) reclamaron tiempo después el trabajo realizado por el dueño del taller. Estos eran José Castillo Ordoñez, Ezequiel Sánchez Gómez y Rafael Baldoy Ruiz. Independientemente de dicha atribución estos talleres utilizaban la realización del mismo como reclamo publicitario en los diarios provinciales de la época.
Se trata de un trono de madera de nogal con 4 hachones en las esquinas y que perteneció a la Cofradía de la Buena Muerte de Jaén. En primer lugar para procesionar a la Virgen de las Angustias, hasta que en 1950 esta Cofradía encargara a Palma Burgos el actual paso plateado. De esta manera pasó a la imagen de San Juan (actualmente en la Cofradía de la Vera Cruz de Jaén).
En el año 1974 el paso fue adquirido por nuestra Cofradía de la Soledad y utilizado para el misterio de la Santa Cruz desnuda y al pie Nuestra Señora de la Piedad durante los años impares en que nos correspondía la Oficialidad del Santo Entierro, hasta que en 1993 dejó definitivamente de realizar estación de penitencia.
Este breve repaso sobre los desfiles procesionales de Nuestra Señora de la Piedad debe servirnos a todos los cofrades del Yacente y Soledad a recordar que esta serena imagen se encuentra junto a nuestros titulares un tanto olvidada y que con el esfuerzo de todos conseguiremos devolverle el protagonismo de antaño, tanto en los cultos en nuestra sede parroquial como en la calle haciendo manifestación pública del momento en que el cuerpo de nuestro Señor es depositado en los brazos de su madre, Nuestra Señora de la Piedad.